La cámara que nuclea al sector pide la reducción de estas barreras para el ingreso de insumos y de instrumentos que no tienen fabricación nacional; dicen que afecta la promoción cultural.

Los cambios en la industria musical y del entretenimiento a nivel global tienen su repercusión en el país, y los desafíos que la industria local enfrenta de acuerdo con los vientos políticos y económicos de turno en la Argentina son un factor determinante no solo para el sostenimiento del sector, sino también para el acceso y la promoción musical.

Con altibajos en las ventas internas y al exterior de instrumentos y equipos musicales durante los últimos años, la Cámara Argentina de Instrumentos Musicales, Audio, Video e Iluminación (Caimavi), que nuclea a 35 empresas, intenta recuperar terreno y productividad solicitándole al Gobierno que reduzca los aranceles para las importaciones.

Diego Carullo, presidente de la cámara, señala que el pedido de baja de aranceles para la importación «no apunta a destruir la fabricación nacional, dado que la producción necesita también de insumos importados».

Es el caso de Equaphon, una empresa fabricante e importadora. Su gerente general, Carlos Maiochi, destaca: «Desde Equaphon tenemos una particularidad, que es que hay productos que fabricamos localmente y otros que se integran importándolos porque no hay fabricación nacional. Equaphon hace, básicamente, audio profesional. Nosotros fabricamos localmente los gabinetes acústicos, es decir, lo más caro de importar por el tema de volumen, y el resto de los productos los importamos representando a marcas internacionales. Con esa fabricación nacional y la importación tenemos una línea completa de productos para el sonido que exportamos a Bolivia, Chile, Perú y Uruguay».

Desde Caimavi destacan que «todos los productos que maneja la cámara son productos que terminan en una actividad cultural», y que incentivar esa actividad también es posible mediante la corrección de las barreras arancelarias. Para Carullo, «la reducción de aranceles contribuiría a reducir también el contrabando y la subfacturación. La quita de aranceles permitiría abrir varias puertas: una es el acceso y la otra es de carácter económico, ya que habría un reencausamiento impositivo porque un producto que ingresa con un arancel cero es un producto que no tenés que ir a buscar al exterior, no se contrabandea y que además genera tributos genuinos para el Gobierno. Si hablamos de US$100 millones, y de ese valor US$30 millones son instrumentos musicales, esos US$30 millones de valor FOB generan impuestos por unos US$10 millones. Esos mismos US$10 millones se van a generar en IVA, ingresos brutos, en cargas sociales -porque si aumentan las ventas se contratan más empleados-, y se dinamiza la economía».

Los números del sector

Caimavi genera alrededor de 65.000 fuentes de trabajo directas e indirectas, con una facturación anual que ronda los 413 millones de dólares. El promedio anual de valor FOB importado es de US$100 millones. En 2017, destacan desde la cámara, hubo una mejora en las importaciones de entre un 5% y 10%. «Algunos rubros como el de las luminarias se han mantenido iguales, mientras que en el caso de los instrumentos se aumentó un 5%. En la parte de audio también se aumentó entre un 5 y un 10%. Obviamente los niveles de importación bajaron durante el período en el que hubo mayor control con la implementación de las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI), en su momento, y hubo un desfase que también se da en el primer semestre de 2016 por la continuación de políticas del gobierno anterior y la liberación o aprobación de todas las licencias», indica Carullo, quien destaca la apertura realizada desde el Gobierno e indica que tratan de mantener una continua negociación con las autoridades de los valores criterio de importación, ya que «es muy difícil establecer valores ciertos aplicables porque no es lo mismo comprar un amplificador alemán que uno chino».

Los valores criterio son definidos por la Aduana sumando en una misma ecuación a tres actores: los fabricantes nacionales, los importadores y al fabricante del producto a ser importado. Así, le pide al fabricante nacional un precio estimado de valor criterio, hace lo mismo con el importador y, por último, pide el precio FOB al fabricante del producto.

Para Gabriel Tauber, prosecretario de Caimavi, «ese valor de referencia a los importadores perjudicó las importaciones de productos económicos, aquellos de fácil acceso a los que pueden llegar los chicos cuando comienzan a interesarse por la música, y así se mata la creación de talento. Ese es el conflicto por proteger, no de una buena forma, a los fabricantes locales. No hay posibilidad de elección. Nosotros no estamos en contra de la producción nacional, ¿cómo vamos a estar en contra de eso? Al contrario, nos parece que no puede haber crecimiento de un país sin producción nacional, pero estamos en contra de la forma de corrección de un tipo de problema que tiene que ver con los aranceles y la recaudación, y que no tiene que ver con nada más». Además, señala que «no hay un argumento para sostener aranceles tan altos en productos que no tienen fabricación nacional».

«Los aranceles fueron puestos a niveles de 35% con una actitud claramente recaudatoria», dice Tauber sobre la medida impuesta durante el gobierno kirchnerista. «Lo que hicimos entonces desde la Cámara fue un listado de todas las posiciones arancelarias que incluyen estos productos e hicimos dos presentaciones ante la Secretaría de Comercio, solicitando la rebaja de estos aranceles a los valores históricos que estaban entre el 18% y el 21%, dependiendo de la posición», añade.

«Por los valores que se mencionaban respecto de lo que es el volumen de utilidad del sector, es ínfima la participación que tenemos en el PBI total y del volumen total de las importaciones del país», agrega Carullo.

Nuevo modelo de negocio

La Argentina es uno de los países de la región que más consumen entretenimiento. En los últimos 20 años, la industria del entretenimiento ha crecido y se ha duplicado la cantidad de shows y recitales realizados en el país.

Esta situación y un nuevo modelo de negocio basado en la promoción de los espectáculos y no en la venta de discos grabados abrieron la puerta a empresas prestadoras del servicio de montaje. «En un país extenso como la Argentina era necesario que prestadores de este servicio nacieran. Hoy un artista tiene que estar en Ushuaia, Tucumán, en Córdoba? eso motivó una demanda de productos de refuerzo de sonido muy importante porque los costos de transportar el equipamiento son elevadísimos. Entonces, en cada una de esas provincias apareció una empresa que presta servicios de alquiler para los espectáculos que van a ese lugar. Indudablemente se generó una demanda en ese sector y un crecimiento muy importante desde los últimos 20 años, un crecimiento que, sin embargo, en términos de PBI, es ínfimo para el país. Estamos hablando de un mercado que, si vos tenés que vincularlo, está más ligado a la cultura que a nuestro negocio. Es mucho más importante esto a nivel cultural que a nivel negocio», dice Maiocchi.

«Para esta nueva demanda, la producción de equipos de audio y video es nula», dice al respecto Carullo, «pero es destacable el cambio de paradigma en todo lo que rodea a los conciertos».

Desde Macaio, empresa perteneciente a Caimavi, dan cuenta del progresivo aumento de los espectáculos. Con casi 40 años de trayectoria en el rubro, la empresa brinda audio, video e iluminación para eventos de gran escala. «También tenemos algunos desarrollos puntuales en sustitución de importaciones en todo lo que es morseteria, para lo que es el anclaje de todos los equipos», dicen.­

«También es importante señalar que al crearse estas empresas se desarrolló personal que opera shows de carácter internacional. Los últimos shows de Coldplay, de U2, de Guns n’Roses y The Who fueron operados por empresas locales, obviamente con equipamiento internacional, pero por los requerimientos de las bandas; sin embargo, lo importante es que la empresa que provee el montaje es una empresa argentina y eso replica para otros artistas hacia el interior del país, tanto es así que se han abierto carreras en universidades enfocadas en el montaje de audio e iluminación, creándose industria», concluye el presidente de Caimavi.

Nota publicada en La Nación – 18 de enero de 2018